Hacienda del Pedregal

La Hacienda del Pedregal, se encuentra localizada en el municipio de Atizapán de Zaragoza, Estado de México, (del nahuatl: atl, tizatl, pan “Lugar de agua blanca o de tiza”). Al parecer los primeros pobladores eran Chichimecas, Acolhuas y Matorralos.

Con la llegada de los colonizadores empieza la explotación de canteras de tepetate, con el fin de las encomiendas en el año de 1545 y el nacimiento de las haciendas en el valle de México, así como en el interior del país, se fundan en esta región importantes haciendas, como las de San Mateo, Sayaavedra y por supuesto la Hacienda del Pedregal.

La Hacienda fue fundada en tiempos de la colonia entre los años 1550 y 1560, contaba con manantiales de agua propios, así mismo, detrás del casco pasaba el río “San Mateo” hoy conocido como “San Javier” el cual le proporcionaba a una importante dotación de agua. En la época de su fundación, la hacienda contaba con grandes reservas forestales, se desconoce su nombre original, al parecer alrededor de 1719, se le conocía como Rancho “El Astillero”, propiedad de Don Lucas de Carraga. El nombre “Hacienda del Pedregal”, data desde finales del siglo XVIII, aproximadamente en 1790.

La Hacienda del Pedregal fue comprada el 21 de febrero de 1857 por los hermanos José María y Luis Velázquez, hacia el año de 1862, su propietario el Ing. J. M. Velázquez, mantuvo la hacienda de forma rentable convirtiéndose con el tiempo en el estandarte, tanto económico como en lo social del naciente municipio independiente de Atizapán en el año de 1874, en el año de 1892 se introdujo el primer tren con un solo vagón y jalado por recuas que enlazaba la Hacienda con la Villa de Tlalnepantla, el cual se llamó “Ferrocarril de Monte Alto”, en el se transportaba productos y mercancías provenientes de la hacienda, tales como: maguey, maíz, carbón de leña, cantera, piedra, tepetate, pulque y ganados entre otros.

La ubicación de la hacienda era paso obligado hacia la región textil de Monte Bajo. A la muerte del Ing. Velázquez en 1894, los tres beneficiarios, decidieron vender la Hacienda del Pedregal al Ing. Andrés Aguayo, así mismo Don Andrés, vendió la propiedad al Ing. Ignacio Cortina, quien a su vez vende a Don Felipe Rojas e hijos.

Alrededor del año 1900, la hacienda alcanza su mayor esplendor, llegando atener un territorio de 1,722 hectáreas. A la muerte de Don Felipe Rojas, hereda la hacienda su hijo Brigido Rojas Rodríguez. Quien conservo la hacienda, fue Salvador Rojas Salgado. 

Actualmente pertenece a Grupo Vallescondido.

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